Se lleva a cabo mediante la aplicación de presión de aire ascendente, lo que promueve un mayor retorno venoso de la sangre hacia el corazón y, por consiguiente, una circulación sanguínea más efectiva en todo el cuerpo. Este enfoque de relajación y descompresión activa el sistema linfático, permitiendo la eliminación de toxinas, el exceso de líquidos y el linfoedema.

Durante el tratamiento, el paciente se coloca en un traje neumático especialmente diseñado, que consta de varias cámaras que aplican presiones de aire controladas en las áreas específicas a tratar.  Cada sesión brinda al paciente una experiencia placentera y relajante.

Después de la primera sesión, la piel muestra una apariencia más lisa y menos edematizada. Por lo general, se recomienda realizar de una a dos sesiones por semana. Además, la presoterapia puede complementar la recuperación de cirugías de liposucción corporal, ofreciendo resultados aún más satisfactorios en el proceso postoperatorio. También se puede combinar con otros tratamientos corporales para potenciar sus beneficios.